Pacto Humanitario para la Protección de las mujeres lideresas del Bajo Cauca y el Norte de Antioquia

Mujeres del Bajo Cauca y el Norte de Antioquia, lideresas de diferentes organizaciones sociales comprometidas con la defensa de la vida, las libertades y la equidad estamos viviendo una constante incertidumbre, afectadas en nuestra integridad, acorraladas por riesgos, amenazas y actos violentos que agreden nuestra dignidad.

Nuestras vidas, puestas al servicio de la justicia, la defensa de los derechos humanos de las mujeres y el desarrollo integral de nuestras comunidades están siendo violentadas impunemente por actores armados que pretenden el dominio de nuestros cuerpos y mentes.

Ante tantas coacciones y sinrazones, las mujeres de estos territorios proponemos un pacto de respeto, un pacto que enaltezca nuestras vidas, un pacto humanitario de protección desde las mujeres por la desmilitarización y el cuidado de la vida.

Para ello, proponemos a la región y al país la urgente necesidad de crear entornos protectores para estos territorios y quienes somos sus moradoras y moradores.

¿Y qué son los entornos protectores? Son esperanza, expresan el compromiso de las autoridades con las mujeres, sus vidas y su libertad para actuar en procura del buen vivir. Son acciones que fortalecen el modelo de protección y autoprotección que se ha construido en la Ruta Pacifica para las mujeres lideresas con base en los aportes de las mismas mujeres y sus organizaciones y que se plasman en los planes de protección llevados a cabo para cada contexto territorial con medidas políticas, sociales y técnicas. También son acciones en las cuales las mujeres se posicionan, se legitiman en el ejercicio de su labor como lideresas y defensoras, promoviendo la convivencia pacifica, la no militarización y el respeto a la vida

Con base en lo anterior buscamos que las autoridades locales, nacionales, la comunidad internacional y la sociedad civil, acompañadas de mujeres de todo el mundo y cerca de 3.000 mujeres que desde diferentes territorios han venido a acompañarnos y a refrendar nuestra decisión de ser parte de las salidas negociadas así como del trabajo por la no violencia y la convivencia en nuestros territorios, se comprometan con los siguientes elementos conversados, trabajados y concertados con muchas mujeres del Norte de Antioquia y el Bajo Cauca en torno a nuestra protección:

  1. Reconocimiento de nuestra labor como lideresas. Un elemento fundamental conectado con este propósito es reconocer el trabajo que hacemos las mujeres en favor de las comunidades, lo que lleva a aumentar el riesgo y vulnerabilidad frente a contextos militarizados y amenazantes por los códigos de conducta impuesto por los diferentes actores armados.
  2. Adoptar el Decreto 1314 del 2016, Programa Integral de Garantías para mujeres lideresas y defensoras de derechos humanos así como a sus organizaciones. Que establece la obligatoriedad que tienen las instituciones nacionales y locales de brindar protección especial a las mujeres lideresas y sus familias, ello también recogiendo lo que establece la Constitución Nacional y las medidas que ha tomado la Corte Constitucional frente a las mujeres y niñas como sujeto especial protección. (Auto 092/2008), cuya sentencia establece medidas de protección para las mujeres, niñas y sus familias en caso de amenazas y riesgos graves como la violencia sexual.
  3. Compromisos, acuerdos y una inquebrantante voluntad de gobiernos locales, y departamental así como nacional con este pacto de vida y protección. Debe haber un empeño activo de las diferentes autoridades a quienes les compete la protección de las mujeres y sus familias. Este compromiso debe traducirse en acciones concretas que prevengan, protejan, investiguen, sancionen y reparen a las mujeres y sus comunidades en búsqueda de la no repetición. El estado debe fortalecer las medidas preventivas que van más allá de medidas de seguridad y que deben traducirse en inversión social, estímulo a la participación, cuidado de los recursos en la región, aplicando a fondo políticas de protección del medio ambiente para prevenir conflictos tanto armados como comunitarios. Como parte de la convivencia, urge fortalecer las políticas de convivencia y no estigmatización.
  4. Cumplimiento integral del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en las subregiones del Norte de Antioquia y el Bajo Cauca antioqueño. Incluyendo las medidas de derechos de las mujeres firmadas en él.
  5. Búsqueda de salidas negociadas con los diferentes grupos que están en la región para prevenir y buscar alternativas sociales, políticas y jurídicas para acabar con la permanencia y persistencia del conflicto armado, pensando otras políticas sobre el narcotráfico. Debemos y queremos buscar una región en paz, reconciliada y un trabajo mancomunado por no repetición.

Exhortamos a la comunidad internacional, estados y sociedad civil a:

  1. Construir hermanamientos entre organizaciones de mujeres y feministas colombianas y del mundo. Nos comprometemos a hermanarnos frente a la protección de las mujeres, buscamos que lo que le pase a una, se convierta en una causa de todas.

Por último solicitamos a la Comunidad Internacional a fortalecer su labor en torno a la protección de las mujeres y continúen como garantes al cumplimiento del acuerdo de paz y la defensa de la vida de las lideresas.

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