Después de la muerte temprana de su padre, los 9 hijos y la madre de la familia Palacio López se reunía todos los días al finalizar la tarde en la sala de su casa en Medellín. Allí, mientras se disputaban un lugar en los tres cuerpos y los antebrazos de un antiguo sofá, compartían sus historias diarias. Al paso de los años el sofá se deterioró y este fue el punto de partida para que Lurdes Palacio decidiera dedicarse a restaurar y darle nueva vida a los muebles y a los recuerdos de miles de familias.
Lurdes, una empresa familiar, que hoy funciona en Medellín y en Bogotá, lleva 35 años uniendo el pasado y el presente con un nuevo objetivo: contribuir a la sostenibilidad, la preservación del medio ambiente y al cuidado del planeta mientras conservan las historias que cada mueble guarda.
“Desde niña, me fascinaban las piezas antiguas que encontraba en las casas de mis familiares, cada una con su propio relato. Con mi formación como delineante de arquitectura e interiorismo pude ver más allá del desgaste y la antigüedad, y empecé a imaginar cómo devolverles la vida. Junto a mi familia, y con un equipo de artesanos apasionados, empezamos este camino en 1989. Desde el primer día, cada mueble era un desafío y una promesa: un desafío de restauración y una promesa de conservar su historia”, recuerda Lurdes.
Hoy, además de su valor histórico y sentimental, la restauración de muebles antiguos se ha convertido en tendencia en diseño y decoración por su aporte al medio ambiente, el cual también se aplica a piezas más recientes que han perdido su esplendor debido a daños, arañazos o el desgaste natural en donde la restauración busca devolver a estos muebles su apariencia original y funcionalidad.
“Al restaurar muebles, reducimos la demanda de nuevos recursos y disminuimos el desperdicio. Para fabricar muebles se necesita mucha energía, recursos y materiales. Tirar los muebles significa una gran carga para el medio ambiente” afirma Lurdes.
Según la ONU, en 2019, el 4% de la basura mundial fueron muebles y según un informe de Circular Economy Opportunities in the Furniture Sector publicado por European Environmental Bureau, la mayor red europea de organizaciones medioambientales de ciudadanos, se estima que anualmente unas 10 millones de toneladas de muebles son descartadas por sus propietarios. Dentro de este informe se afirma que la economía circular tiene el potencial suficiente para ayudar a contrarrestar este desperdicio de muebles a través de la recuperación, renovación y remanufactura de los mismos, favoreciendo el valor de cada pieza.
Entre las principales razones por las que las personas desechan sus muebles viejos están la desconfianza de entregarlos a un restaurador y la dificultad y costos de logística que representa su transporte. “En Lurdes ofrecemos un servicio personalizado, transportamos los muebles con total seguridad y cuidado. Cuando comienzo a trabajar en un mueble, intento imaginar la vida de quienes lo usaron antes. Esos relatos me guían en mis decisiones de diseño y restauración. A veces, una historia específica puede inspirar todo el tema de la restauración. Es un proceso muy intuitivo y personal, donde intento respetar tanto el pasado del mueble como su futuro. En la mayoría de los casos el valor de los muebles no es monetario sino únicamente sentimental”, afirma Lurdes.
Hoy Lurdes sigue su expansión buscando conquistar el mercado de la capital uniendo tecnología y tradición para alargar la vida útil de los objetos de las casas. El equipo está conformado por Lurdes Palacio, directora de diseño y ventas; Javier Merino, su esposo y director general y sus hijos Felipe Merino, asesor de mercadeo e innovación; y Pablo Merino, jefe de contenidos audiovisuales.
“Elegimos Bogotá como nuestro siguiente paso porque es donde se encuentran muchas culturas y es el centro de arte y diseño de Colombia. Aquí, la gente valora la historia y la calidad, y están cada vez más conscientes de la importancia de la sostenibilidad. Es el lugar perfecto para