Luego de visitar 22 grandes proyectos de infraestructura en la capital e identificar los elementos comunes que interfieren en su avance, el Contralor de Bogotá, Andrés Castro Franco, llamó la atención frente al desarrollo de dichas obras, en las cuales se podría generar una gestión antieconómica, ineficaz, ineficiente, inequitativa y, en muchos casos, inoportuna. “Se observan presuntos daños patrimoniales, bien sea por la disminución, perjuicio, detrimento, pérdida o deterioro de los bienes o recursos públicos”, afirmó el jefe del ente de control.
En las obras visitadas existen factores similares como la limitada estructuración de los proyectos en sus etapas de prefactibilidad y factibilidad; falencias en la planeación; deficiencias en el seguimiento por el incumplimiento de cronogramas y fallas en el principio de economía, puesto que no se han podido asegurar los máximos resultados, utilizando el menor tiempo y la menor cantidad de recursos.
De las 22 obras, 14 presentan adiciones de recursos; 11 registran modificaciones; 15 han solicitado suspensiones y 16 han pedido prórrogas.
La construcción de la Avenida El Rincón desde la Avenida Boyacá hasta la carrera 91 -y de la intersección Avenida el Rincón por Avenida Boyacá y sus obras complementarias- por ejemplo, cuenta con 11 suspensiones, 8 prórrogas y 9 modificaciones.
El Centro de Protección y Bienestar Animal – CEA, por su parte, ya tiene 8 suspensiones, 8 prórrogas y 2 modificaciones.
En el caso de la Plaza de Mercado Santander, aunque el contratista ya entregó las obras en 2020, los espacios intervenidos para uso de los comerciantes y clientes no han sido terminados.
Otra obra que preocupa es el Data Center Alma de la ETB: la ejecución de obras civiles, el suministro de bienes y los servicios de instalación, configuración, pruebas, estabilización y puesta en funcionamiento quedaron paralizados. La obra fue abandonada.
Del total de las obras visitadas, 14 han solicitado adiciones al presupuesto inicial. “Estas son el reflejo de un ejercicio débil de planeación y estructuración. Es importante tener en cuenta que, generalmente, están relacionadas con demoras, mayores costos y aumento de los presupuestos de los trabajos de interventoría”, señaló el Contralor Castro.
“Estamos en las localidades y en todos los frentes de obra donde identifiquemos que estén en riesgo los recursos, porque cada peso cuenta en el bienestar de los bogotanos”, puntualizó el jefe del ente de control distrital.
La Contraloría de Bogotá continuará haciendo seguimiento al debido uso de los recursos invertidos en las obras de infraestructura de la capital, con el fin de que finalicen los contratos y los proyectos se pongan al servicio de la comunidad.