CONMEMORACIÓN DÍA INTERNACIONAL DE LOS DEFENSORES Y DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS

Apreciados funcionarios y funcionarias de la Defensoría del Pueblo que hicieron posible esta ceremonia, Delegados y Delegadas, Directivos, a nuestros defensores y defensoras públicas, que se esfuerzan cada día para ejercer mejor su labor…..

Especial saludo a cada una de las personas que nos acompaña hoy, en nuestra Sede Nacional y via streaming…

Hoy es un día especial para los que buscamos a diario el respeto y la vigencia de los derechos. Hace 22 años, el 9 de diciembre de 1998, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones, de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos.

Este llamado al reconocimiento efectivo de la Declaración Universal de los derechos humanos es replicado por la Defensoría del Pueblo. Hoy más que nunca es indispensable que se materialice el compromiso de todos en la consolidación de garantías para el ejercicio de la labor de defensa de los derechos humanos y su goce efectivo.

El cumplimiento de esta y demás cartas internacionales en materia de derechos humanos se han convertido en eje central y fin último de las agendas políticas, sociales y económicas de los Estados y sus instituciones.  Trascender el discurso plasmado en estas Declaraciones ha sido posible gracias al trabajo de personas tan comprometidas y valientes como todos y cada uno de las defensoras y defensores de los derechos humanos.

El ejercicio individual y colectivo que desarrollan a diario, visibiliza los reclamos legítimos de sus comunidades. En esa labor cuentan con todo el respaldo de la Defensoría del Pueblo. Una institución que es consciente de que, sin sus voces, las garantías dispuestas en la Declaración de los derechos humanos podrían permanecer en el discurso y nunca concretarse en la vida cotidiana de las personas.

No puede entonces celebrarse el día de los derechos humanos sin exaltar la labor que ustedes realizan a diario con compromiso, creatividad y sentido de oportunidad. Ustedes son la piedra angular de un sistema en el que reposa la dignidad y el bienestar de las personas.

La Defensoría del Pueblo ha sido -desde sus inicios- una institución cercana a las personas defensoras de derechos humanos. Seguiremos siéndolo. Tenemos la convicción de que sólo trabajando con ustedes podemos defender y hacer efectiva la Declaración y los derechos que ella reconoce.

Nosotros no podemos administrar inercias ni esperar que las cosas se arreglen solas, nosotros tenemos que actuar, que alzar nuestra voz, acompañar a las víctimas, buscar caminos de reparación y trabajar sin descanso para que haya memoria y no repetición.

Hoy, debemos reiterar una vez más, y cuantas veces sea necesario, mi rotundo rechazo a los homicidios, amenazas, atentados, secuestros y demás conductas criminales que han afectado los derechos de nuestros líderes y lideresas sociales, defensores y defensoras de los derechos humanos en esta Región. No podemos acostumbrarnos a esa barbarie, cada vida de esas le quita una rebanada de futuro a una comunidad. Es intolerable, por ejemplo, la situación de desplazamiento que en estos días afecta a casi 1000 personas en el Chocó como consecuencia del asesinato de un líder social e indígena en esta región. No podemos permitir que traten de silenciarnos, de expulsarnos, de arrinconarnos, de amedrentarnos, de doblegarnos. Eso es lo que quieren atentando contra los voceros de las causas que preocupan a las comunidades. Vamos a seguir luchando para que haya justicia con los casos sucedidos, y para que la vida de los lideres sea protegida y puedan seguir trabajando por sus causas.

Es importante entender la relación causa efecto que hay entre el asesinato de lideres sociales y la presencia del narcotráfico en las zonas en donde dichos lideres ejercen su indispensable vocería social. Del 1 de enero al 30 de septiembre de 2020 se han realizado 139 homicidios de lideres y lideresas sociales en 22 departamentos del país, el 70% de esos homicidios se concentran en 7 departamentos, y en 32 municipios de esos departamentos. Municipios esos con clara presencia de intereses narco. No es posible salvaguardar la vida de los lideres sociales sin combatir contundentemente al narcotráfico. Así lo ha entendido la fiscalía general y las fuerzas de seguridad. Cuando un grupo narcotraficante es desmantelado se están salvando las vidas de los lideres de la zona en donde ese grupo operaba.

El narcotráfico tiene incidencia también en la afectación de otros derechos, afecta la salud pública, el bienestar de jóvenes y niños, la dignidad de la mujer, incita al desplazamiento, genera violencia, delincuencia, inseguridad, incentiva el reclutamiento de menores, la conformación de pandillas y bandas criminales, deforesta, amenaza el medio ambiente y este ligado a la minería ilegal.

En materia de reclutamiento del 17 de marzo al 30 de septiembre de 2020 hemos tenido conocimiento de 83 casos de reclutamiento. El 80% de los casos ocurrieron en zonas rurales. Las edades oscilan entre los 8 y 18 años. De ellos el 33% son menores de 14 años y el 41 son mujeres. 20 son casos de víctimas indígenas y 2 Afrodescendientes. 54 de esos casos son obra de los grupos Residuales de las Farc-Ep, es decir, el 63% de los casos.

El desafío es trabajar unidos con la institucionalidad y la opinión pública. Debemos dimensionar la magnitud del problema y afrontarlo todos, unidos, como uno solo. Es la única forma de vencer a ese adversario criminal tan bien financiado e inescrupuloso.

Quiero reiterar que la Defensoría del Pueblo continuará abogando por cada uno de ustedes. Para ello, hemos diseñado la estrategia institucional de acción integral para la garantía de los derechos de las personas defensoras de derechos humanos llamada ESTAMOS CONTIGO. Es una apuesta, construida por y para los líderes y lideresas de Colombia, que impulsará el trabajo mancomunado de las entidades competentes para hacer efectiva y oportuna la respuesta en prevención, protección, no estigmatización y justicia de cada una de las personas que ejerce actividades de liderazgo y defensa de los derechos humanos.

En adelante, como lo hemos hecho hasta hoy, no sólo seguiremos siendo la primera entidad en atender sus necesidades y llamados. También en advertir los riesgos asociados a la labor de defensa de los derechos humanos y en recordarle al Estado la tarea indiscutible de prever garantías para su ejercicio. Iniciaremos las acciones y gestiones requeridas para acercar la oferta institucional existente y proponer nuevos caminos para su protección integral. El próximo año tenemos que asumir los problemas con renovado vigor y compromiso, tenemos una economía maltrecha por la pandemia, que ha disparado los índices de desempleo, pobreza, hambre, inseguridad, temor y desesperanza. La gente espera soluciones y nosotros desde la defensoría debemos trabajar por ellas.

Termino agradeciendo a cada uno de ustedes por su labor, por su entrega y dedicación. Estamos contigo es más que el nombre de esta estrategia, es mi compromiso de servirles con rigor, vigor y constancia. Son muchos los desafíos que tenemos por delante pero el solo hecho de saber que vamos a afrontarlos con ustedes me hace ser optimista en el sentido de que lograremos los resultados que el país espera de nosotros.

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