Para 2030, casi 2.000 millones de personas seguirán sin acceso a instalaciones básicas para la higiene de manos.

Mantener las manos limpias puede prevenir 1 de cada 3 enfermedades diarreicas y 1 de cada 5 infecciones respiratorias, razón por la cual, es necesario promover en todo el mundo la higiene de manos como una práctica regular para evitar la propagación de enfermedades. Esta medida debería ser considerada parte esencial de la atención primaria en salud y de la cobertura sanitaria universal. 

Prevenir una infección y su circulación puede tener enormes beneficios para reducir el sufrimiento humano y la pérdida de vidas, de ahí que acciones como la higiene de manos salve millones de vidas cada año, esto cuando se realiza en el momento adecuado y de la manera correcta.

La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo; por lo que, es esencial considerar a la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria, como medidas claves para reducir la propagación de las infecciones.

Según la Organización Panamericana de la Salud, OPS, “las infecciones asociadas a la atención de la salud, IAAS, se encuentran entre los eventos adversos más frecuentes que ocurren en la prestación de servicios de salud. Estas infecciones, muchas de las cuales son causadas por organismos multirresistentes, afectan a los pacientes y trabajadores de la salud, lo que representa una carga importante para los sistemas de salud. La higiene y limpieza de las manos dignifican y son una señal de respeto a las personas que buscan atención en salud y facilitan el trabajo de quien la entrega”.

Lavarse las manos es un hábito que debe ser parte de nuestra rutina diaria y a través del cual evitamos el contagio y propagación de muchas enfermedades, puesto que, las manos portan una gran cantidad de microorganismos, virus, bacterias y hongos. De hecho, en un centímetro cuadrado de nuestras manos pueden vivir hasta 1.500 bacterias, recalca María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer Colombia.

Si bien es cierto, casi la mitad de las escuelas a escala mundial no cuentan con servicios básicos de higiene, lo cual afecta a 817 millones de niños; es necesario que se fomente este hábito desde edades tempranas, lo que es fundamental para toda la vida y que, sin duda, mejora el futuro de la infancia y adolescencia.

No debemos olvidar que, tanto la ciudadanía como el sector privado y los gobiernos tienen una función que desempeñar y son un aporte ineludible en esta importante práctica de higiene. Ana Dolores Román, gerente general de Pfizer para Colombia y Venezuela, señala que, acceder al agua y jabón debe resultar sencillo para que el lavado de manos pueda practicarse en cualquier lugar, y también es necesario que todas las escuelas y establecimientos de salud dispongan de instalaciones de higiene de manos. A su vez, la ciudadanía, tiene la obligación de adoptar y mantener comportamientos positivos en relación con esta rutina de bienestar y salud.

Según la OMS, “invertir en los cinco “aceleradores” clave —gobernanza, financiación, desarrollo de la capacidad, datos e información, e innovación—, determinados en el Marco Mundial de Aceleración del ODS 6 de ONU-Agua, puede allanar el camino hacia el logro de la higiene de manos para todos”.

No obstante, si el ritmo de progreso no cambia, en 2030 seguirá habiendo casi 2.000 millones de personas sin acceso a instalaciones básicas de higiene de manos, lo que repercutirá negativamente en otras cuestiones prioritarias del desarrollo, como la educación, la salud, la nutrición y el crecimiento económico.

Recuerde que un buen lavado de manos debe realizarse con jabón y por al menos 20 segundos para eliminar bacterias, gérmenes y virus. Tenga en cuenta que se recomienda lavarse las manos:, 

  • Antes, durante y después de cocinar
  • Antes de comer
  • Antes de lactar a un bebé
  • Después de visitar un espacio público, incluyendo transporte público, centros comerciales
  • Después de tocar superficies fuera de la casa o que otras personas podrían tocar frecuentemente (manillas de puertas, mesas, carritos para las compras, pantallas o cajeros automáticos)
  • Antes, durante y después de cuidar a una persona enferma
  • Después de ir al baño
  • Después de cambiar pañales o ayudar a un niño a ir al baño
  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar
  • Después de tocar o limpiar los excrementos u orina de sus mascotas
  • Después de tocar la basura
  • Antes y después de tratar una cortada o herida o de tocar un catéter venoso central u otro instrumento de acceso venoso

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