Amalia Santa María, la actriz, guionista y directora tiene un enfoque en contar historias sobre antiheroinas que luchan con su individualidad y viven la vida bajo sus propios términos.

Su vocación y su trabajo global interpretando y creando a anti-heroínas tanto en la pantalla grande como en la televisión es reconocido a nivel global.

Para ella nunca fue una decisión ser parte del mundo del cine y la televisión, solo fue así siempre sin dudas. “No recuerdo un momento exacto en el que se me encendiera la llama de la interpretación porque nací con ello, siempre he tenido clarísimo que mi sueño era ser actriz”, confiesa con una rotundidad tan indisimulada como desarmante. Este temprano anhelo marcó su niñez y le dio oxígeno para empezar una carrera de fondo que, aunque ella insistía en acelerar, en casa era recibida con tanta atención como cautela. “Desde muy niña les decía a mis padres que quería empezar a trabajar como actriz y ellos, que lo hicieron muy bien, me mantuvieron la cabeza en su sitio y me animaron a que empezara formándome en escuelas de interpretación porque no querían que perdiera la infancia entrando en este universo demasiado pronto. Me apunté a clases de teatro y cada vez lo tenía más claro”, rememora de aquella época.

Desde que se graduó como actriz profesional en Buenos Aires y del instituto de método Stella Adler en Los Ángeles, Amalia ha sido parte de una serie de proyectos de talla internacional. Entre ellos The Boy producida por Elijah Wood quien interpretó a Frodo en la trilogía de El Señor de los Anillos, y El niño de los mandados, la galardonada película de Carlos del Castillo. En este proyecto fue tanto actriz del elenco principal como asistente de dirección, interpretando el papel de Salomé, la femme fatale del pueblo. También recientemente participó en la telenovela Arelys Henao que está próxima a estrenar en Caracol.

Sus habilidades actorales no pasan desapercibidas. Ahora en el mes de octubre Amalia ha sido nombrada Finalista en el Acting Awards Festival. The Acting Awards es una competencia internacional con un evento de proyección anual. El festival, creado por Gus Van Sant, surgió por su intento de recrear la película de Alfred Hitchcock Psycho en los años 90. Hizo todo por hacer una recreación cercana pero su film no fue ni remotamente tan exitoso como el de Hitchcock.

Lo que distinguió a la película de Hitchcock del remake radica en su actuación. La notable actuación en el Psycho original lo convirtió en una obra maestra inolvidable, mientras que los actores en la versión de Gus Van Sant no lograron entrar en el personaje y transmitir las mismas emociones. Este ejemplo muestra la importancia de actuar en el cine.

Siempre hay discusiones en el cine de que los actores son parte de la utilería y son herramientas al servicio de los directores y no son significativos en el medio del cine y quien realmente importa son los directores. El festival de Acting Awards, no cree en esa teoría. Para ellos, la buena actuación es la razón más importante detrás de la ciencia de una película.