Se trata del Roble Negro (Trigonobalanus excelsa), un árbol endémico de Colombia perteneciente a la familia de las fagáceas, que desempeña un papel vital en el ecosistema al proveer servicios ambientales como la regulación hídrica, la protección del suelo y el refugio para diversas especies.
Sin embargo, debido al uso comercial de su madera, ha sido objeto de explotación para la fabricación de vigas, pilotes y cuartones, lo que ha puesto en riesgo su supervivencia, llevándolo a ser clasificado como una especie “En Peligro” (EN) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La Línea de Investigación en Colecciones Vivas de la subdirección científica del Jardín Botánico José Celestino Mutis ha puesto énfasis particular en la conservación ex situ de esta especie, priorizando la investigación aplicada para comprender mejor
sus características de adaptación y aclimatación.
Esto contribuye a generar nueva
información que pueda ser utilizada como aporte en planes de manejo y
conservación tanto en entornos naturales como controlados.
Esta especie, que se caracteriza por su gruesa y quebradiza corteza, se encuentra en áreas de bosques entre los 1.500 y 2.200 metros de altitud y puede alcanzar alturas de hasta 35 metros.
Para aquellos que deseen contemplar esta maravilla de la naturaleza, pueden encontrarla cerca al sendero peatonal, junto al lago principal del Jardín Botánico.
La entrada los fines de semana y festivos es de 9 am a 5 pm.