‘Con la Comida sí se Juega’, niñas y niños de los 365 jardines de Integración Social celebran el Día Mundial de la Alimentación.

 Las niñas y los niños que hacen parte de los jardines infantiles de la Secretaría Distrital de Integración Social vivieron una gran experiencia sensorial con los alimentos y conocieron, por medio del juego, los beneficios para su salud y nutrición.

En más de 365 jardines infantiles de la entidad y las 41.367 niñas y niños, atendidos por la entidad, celebraron hoy el Día Mundial de la Alimentación, una jornada en la que se promovieron prácticas adecuadas de alimentación desde la primera infancia. La exploración de los alimentos a través de la vista, el olfato, el tacto y el gusto permite una mayor aceptabilidad de los alimentos y un mejor relacionamiento con estos desde lo cultural y lo social.

De acuerdo con Zulma Fonseca, subdirectora de Nutrición, la alimentación es un espacio de aprendizaje que se integra a la vida cotidiana de las niñas y niños. “Comer es una experiencia que va más allá de garantizar los nutrientes necesarios para un adecuado crecimiento. Los momentos de alimentación también favorecen el desarrollo infantil, al permitir explorar el mundo a través de los sentidos. ‘Jugar’ con la comida, entendido esto como una experiencia de integración sensorial con los alimentos, es fundamental para que las niñas y niños se familiaricen con los diversos olores, sabores, colores, temperaturas y texturas que tienen estos”, dijo la funcionaria.

Añadió que “ningún niño o niña consume los alimentos sin que medie alguna sensación o emoción. La alimentación involucra un aprendizaje tanto sensorial como emocional, y va configurando una dimensión social, es una práctica que implica una interacción positiva, amorosa y respetuosa entre la niña, el niño y su cuidador”.

La subdirectora de Nutrición también recalcó el lema del Día Mundial de la Alimentación para el 2023: “El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás”, tras señalar la importante de reconocer el papel vital del agua en el proceso de alimentación de las niñas y niños, cuyo consumo es un hábito que debe incentivarse desde el inicio temprano de la vida.

Señaló, además que “el agua es un medio vida, pero también es un recurso finito y, justo desde la primera infancia, debemos sensibilizar a toda la población en el uso apropiado y adecuada gestión de este líquido vital”.

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