Gracias al acompañamiento de la Cancillería Colombiana, se realizó en Ecuador la primera versión internacional del “Arropamiento más allá de las fronteras.

Como un acto de memoria, diplomacia para la paz y diplomacia cultural, entre el 18 y el 20 de diciembre de 2023 la residencia de la Embajada de Colombia en Quito, Ecuador, acogió el primer arropamiento colombiano a nivel internacional.

El 10 de abril en el Palacio de San Carlos en Bogotá, el Ministro Álvaro Leyva Durán instaló el primer arropamiento que la Cancillería de Colombia acompañaría durante el 2023:

“Este Arropamiento es una forma de secar lágrimas”, así lo señaló en ese momento el jefe de la cartera de exteriores.

“La paz es con la historia, pero también entendiendo que hay un poder transformador que surge de las víctimas, no podemos olvidar”. Con esta frase, el Ministro se comprometió con las víctimas del conflicto colombiano y les prometió que en la Cancillería encontrarán siempre un lugar seguro. Desde ese día, la entidad emprendió un camino de diplomacia pública que llevaría a la unión de costureros, asomujer y trabajo a mostrar sus arropamientos fuera de Colombia, más allá de las fronteras.

Durante 3 días, este acto simbólico -iniciativa de la sociedad civil -estuvo en la residencia de la Embajada de Colombia en Ecuador.

El proceso, que estuvo acompañado por la Cancillería colombiana, como parte de su iniciativa de diplomacia para la paz, fue desarrollado a través del plan de promoción de Colombia en exterior, liderado por la dirección de asuntos culturales.

El acto de inauguración contó con el cuerpo diplomático acreditado en Ecuador, representantes de organismos internacionales, del sector privado y la sociedad civil, quienes fueron invitados de honor durante estos tres días de reconocimiento a través del arte, la cultura y la pedagogía.

La diplomacia cultural no es ajena a la reflexión sobre la construcción de paz en Colombia, a través de manifestaciones artísticas se han hecho procesos de protección de la memoria, dignificación de las víctimas, y puentes de reconciliación y convivencia que reconstruyen el tejido social.

Presentar estas manifestaciones artísticas en el exterior permite sensibilizar al mundo acerca de los procesos necesarios para la construcción colectiva de la paz, así como establecer hitos de relacionamiento bilateral y dar a conocer narrativas contemporáneas sobre el país para enriquecer el imaginario sobre Colombia y la diáspora colombiana en escenarios internacionales.

En este contexto, los arropamientos son una excusa para el encuentro, para sanar una Colombia rota con puntadas, retazos y así traspasar las fronteras.

De acuerdo con Virgelina Chará, representante de las tejedoras, con su trabajo están “rompiendo las fronteras a través de la aguja, a través de la tijera, de un alfiler y un pedazo de tela nos estamos uniendo” y señaló que su propósito es unir a América latina y a los cinco continentes. “Arropamos al país, arropamos las fronteras, arropamos a nuestros connacionales, a partir de una hebra de hilo, donde creemos que somos capaces de unir ese continente que fue roto, a través de los intereses políticos, porque fueron los que nos pusieron fronteras”, puntualizó.

La apertura de la conmemoración fue realizada por la Embajadora de Colombia en Ecuador, María Antonia Velasco quien indicó que en este proceso “la victimización no existe, sino la reparación” e indicó que las mujeres lideradas por Virgelina “han logrado encontrarse para exorcizar el dolor, para compartir las penas; pero sobre todo para lograr a través de esa costura, de esas telas se consiga la reparación y sobre todo la restitución de derechos.”

Durante el evento, el Representante permanente alterno en la Misión permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Unión de naciones suramericanas (UNASUR), Elvis José Urbina, indicó que “Es importante que este arropamiento trascienda las fronteras de América Latina, porque definitivamente muestra una forma creativa de lucha y resistencia, de personas que han sido oprimidas a lo largo de nuestra historia y que tienen maneras muy creativas de hacerse sentir y demostrar que tienen mucho que dar al mundo por lo que fueron, por lo que han sido, por lo que serán; como un pueblo libre y que nos permitirá unirnos y seguir luchando junto a ellos.”

Estos arropamientos han dejado una huella en diferentes rincones emblemáticos de Colombia, desde el Palacio de Justicia, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, la fachada del Palacio de San Carlos sede de la Cancillería, la casa de la memoria en Medellín, el palacio de las artes, hasta la Defensoría del Pueblo, entre otros tantos.

La presentación de estos actos en Ecuador tiene un significado muy importante, teniendo en cuenta que Esmeraldas es uno de los lugares con más víctimas del conflicto colombiano que han sido desplazadas hacia esa y otras ciudades.

Es por esto por lo que el Cónsul de carrera en Colombia en Esmeraldas, Fabian Velandia, fue el encargado de clausurar los eventos y durante su intervención expresó que esto “es una sinergia que nos permite la vida, encontrarnos entre este tipo de iniciativas ciudadanas, que buscan la paz y la justicia y un gobierno del cambio que abre las puertas a estos procesos colectivos, y que no solo abre las puertas en las instituciones públicas en Colombia, sino también trasciende las fronteras y este primer ejercicio de Arropamiento aquí en la residencia de Colombia, es el inicio de un proceso histórico aquí en el Ecuador, y qué bueno que inicia aquí en un país vecino, un país hermano en el que tenemos muchos más encuentros que diferencias entre nuestros pueblo y nuestros gobiernos y un país que está sufriendo un poco de lo que Colombia lleva viviendo hace más de 6 décadas.

Como decía el señor Canciller Álvaro Leyva, esta residencia a partir de hoy se convierte en un puesto seguro para recordar, no es solamente una fachada bonita, este es el inicio de un proceso simbólico, poderoso para recordar, reparar y no repetir.”

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