En coordinación con el Ejército Nacional y la Armada, se logró ubicar y destruir 7 unidades de producción minera, 7 dragas tipo brasileñas, 1 retroexcavadora, 14 motores industriales, 7 motobombas y 7 motores generadores de energía en el municipio de Río Quito.
Los elementos destruidos tenían la capacidad de extraer 12.5 kilogramos de oro mensuales, dinamizando rentas criminales del orden de los 7.500 millones de pesos cada año.
En el mismo sentido, se calcula que los elementos destruidos estaban avaluados en 8.900 millones de pesos.
Con estas operaciones se protege la capa vegetal, además del componente hídrico, fauna, flora y suelo; los cuales se ven afectados por el uso de maquinaria y químicos para realizar la extracción ilícita de minerales.