En Colombia el potencial de las comunidades para encontrar segundas
oportunidades ha permitido que este país construya sobre una historia de conflicto una de
reconciliación, confianza, empoderamiento y esperanza, como es el caso de Buenaventura,
Meta, Urabá y Caquetá que le apuestan a estos valores a través de la cosecha y
transformación de productos del campo, que aseguran estabilidad económica a familias
colombianas víctimas del conflicto armado. Estos procesos son apoyados tanto de manera
psicosocial como productiva por el Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y
ACDI/VOCA.
En Buenaventura, la papachina ha servido como medio de sostén a las familias quienes la
han transformando en diferentes productos, desde chips hasta tortas. Por otro lado, en el
Meta, se trabaja con el cacao como medio de reconciliación que ha unido a la comunidad
de cultivadores del territorio. Además, en el Urabá antioqueño, los plátanos saborizados y
empacados al vacío, entre otros productos, fueron el camino para explotar el potencial de su
territorio platanero. Para finalizar en el Caquetá, el ají charapita y la piña india se unen para
dar vida a la salsa de piña picante que es símbolo de reconciliación no solo con la madre
naturaleza, sino también con su comunidad.
En Bajo Calima, Buenaventura, la comunidad retornó después del desplazamiento forzado
hace algunos años. Con su regreso buscaron potencializar el territorio y darle oportunidad a
la comunidad para fortalecer la economía de sus hogares. Esto lo lograron al encontrar la
papachina, una legumbre del Pacífico, producto fundamental en la canasta familiar de
quienes viven en uno de los puertos más importante del país. Este producto les dio la
oportunidad para no perder la esperanza, fortalecer los lazos de la comunidad y sacar
adelante al territorio. Por ello, personas como Fabiola y John le han apostado a trabajar en
equipo con los productores a través de la Fundación Puerto Aguadulce – Compas con el
apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA.
La papa china es una legumbre, tiene un alto contenido de calcio y sus hojas aportan una
buena cantidad de vitaminas y minerales. Con respecto a sus propiedades medicinales, la
papa china puede ayudar a la flora intestinal, la gastritis y úlceras, aunque no existe una
tradición para usarlo con estos fines. Por estas razones, emprender a partir de la proyección
de la papa china o Malanga, como una oportunidad de negocio para comercializar a través
de la innovación y la tecnificación, es la oportunidad para esta comunidad que busca
reconciliarse con su historia.
‘’Por la misma necesidad se ha transformado el uso de la papa china, esta comunidad
retornó hace diez años después del conflicto y esta legumbre fue la que se mantuvo, por
ello todos le apostaron a este producto que pasó de no tener valor a ser una oportunidad
económica. Gracias a esto, se convirtió en un sinónimo de resistencia en estas
comunidades, ya que ha estado presente por muchos años brindando oportunidades
económicas’’, aseguró Jhon Edward Renteria, Coordinador de Desarrollo Comunitario –
Fundación Puerto Aguadulce Compas.
Por otro lado Vista Hermosa, Meta, se convirtió en un ejemplo de confianza y reconciliación
gracias a una comunidad de mujeres liderada por Aurora Martinez, Embajadora de la
Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA, quienes le apostaron a la erradicación de cultivos
ilícitos por cacao. Este proceso inició con 30 familias que se comprometieron a darle otra
visión a su municipio, actualmente son alrededor de 80 familias que cuentan con 342
hectáreas establecidas de cultivo, quienes trabajan en conjunto para generar oportunidades
prósperas para su región.
Este proceso de construir una comunidad que confía en su potencial ha permitido que los
jóvenes de las familias se unan a este proceso, se capaciten y formen parte de este sueño
que actualmente permite a estas familias obtener un sustento. Por esa razón, asegura
Aurora Martínez, a pesar de que en el pasado la comunidad no era unida y ni siquiera se
comunicaban entre sí, después de darle la oportunidad al cacao para cambiar sus vidas,
han trabajado en conjunto, se apoyan y eso es lo que ha permitido que los jóvenes quieran
ser parte de este crecimiento.
Así es como nace la transformación de cacao en chocolate de mesa y la chocolatina de la
reconciliación que buscan transmitir ese mensaje de unión, confianza y esperanza que la
comunidad busca difundir. Estos productos han dado la posibilidad a estas familias de
expandir sus conocimientos y portafolio que ha mejorado sus condiciones de vida.
‘’Con el paso del tiempo hemos creado espacios y oportunidades que han aportado a las
familias de la comunidad, además esto ha permitido que los jóvenes hagan parte de este
sueño y se interesen en capacitarse sobre los diferentes procesos de cultivos y
transformación. Por esa razón, mi consejo es, si usted tiene un proyecto en su cabeza,
sáquelo adelante y hágalo realidad no tema a los cambios, no pierda la fe, sea constante y
tenga claro que los resultados no serán inmediatos, por ello inspírese en su comunidad, en
trabajar en conjunto’’, aseguró Aurora Martinez, Embajadora de la Reconciliación de USAID
y ACDI/VOCA.
Turbo, Urabá antioqueño, por su lado, ha transformado una comunidad víctima del
conflicto armado a través del cultivo de plátano y con el objetivo de encontrar un
diferenciador ha convertido este a productos congelados, empacados al vació y
saborizados, lo cual no solo resaltó su labor sino que además ha permitido que muchas más
familias obtengan estabilidad económica a través de este proceso que significa para ellos
renacer, reconciliarse y ser PARte de la solución.
En Turbo, en el corregimiento el Tres, la comunidad ha aprendido a trabajar en equipo con
un enfoque reconciliador, lo cual les ha permitido encontrar el potencial no solo del producto
que transforman sino también, en su comunidad como ejemplo de confianza y ha sido tal el
fortalecimiento que actualmente tienen la posibilidad de generar empleos, generando así un
encadenamiento productivo que potencia el valor agregado que han encontrado al plátano.
Sumado a esto gracias al proceso de formación y reconciliación, la comunidad ha cambiado
su pensamiento y se ha proyectado a mejorar las oportunidades económicas.
‘’En la comunidad del campo, siempre trabajamos pensando en colectivo, en cómo aportar
al crecimiento de todos en general y así poder abastecer las necesidades de las familias.
Por esa razón aportar a las ideas del sector rural es clave para nosotros, ya que nos permite
continuar fortaleciendo nuestro proceso productivo y así cumplir nuestro sueño de dar a
conocer nuestros productos a nivel nacional e internacional’, aseguró Jhon Jairo Yepes
Cano, Representante Legal de COMUDECO.
En Florencia, Caquetá Agrosolidaria es una empresa que nace con la iniciativa de un
grupo de víctimas del conflicto armado con la siembra y transformación del sacha inchi o
maní amazónico que nace también como sustitución de cultivos ilícitos. Esto ha permitido
no solo el sustento económico para las familias que le han permitido ser la Primera Planta
de Transformación Agroindustrial de Productos Forestales no Maderables del Bosque del
departamento del Caquetá, ya que uno de los objetivos de esta empresa es la protección de
la Pachamama como territorio de paz.
En su portafolio se incluyen productos que han permitido a familias víctimas del conflicto
armado producir sus tierras, por ello con el objetivo de potenciar el valor de los cultivos de
frutos y semillas nativos del territorio y mezclar las propiedades de estos, nacen productos
como la salsa de piña con ají, la cual no solo cuenta con las propiedades del ají charapita,
sino también la piña india que es cultivada por la comunidad de la vereda de Roservalles,
en donde el 90% son víctimas del conflicto armado y después de recibir tierras gracias a
proyectos nacionales las han trabajado cultivando frutas nativas como lo es la piña;
permitiendo así, que la economía circular del departamento del Caquetá continúe
fortaleciéndose y dándose a conocer a nivel nacional, gracias a Agrosolidaria.
“Nuestros productos tienen su origen en los majestuosos bosques amazónicos, son
cultivados y procesados en el piedemonte amazónico por familias víctimas del conflicto
armado, que gracias a su capacidad de resiliencia, desarrollan procesos de reconciliación y
mitigación de los impactos ambientales generados por la deforestación’’ Afirma,
Agrosolidaria Florencia, Caquetá.
Sobre el Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA
Es una iniciativa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)
y ACDI/VOCA que promueve alianzas transformadoras para generar acciones de
movilización e integración económica, social y cultural en 24 municipios y ciudades con
mayor presencia de población migrante venezolana, y de gran importancia para la
reconciliación. Además, buscan resaltar la importancia de la memoria e identidad como
herramienta de transformación y crear agentes de cambio inspirados en cuatro pilares:
Confianza, Respeto, Empoderamiento y Diálogo.