Según la Organización de las Naciones Unidas ONU, cada 20 de febrero se celebra El Día Mundial de la Justicia Social, una fecha que busca exaltar la labor de la comunidad internacional que encamina sus esfuerzos y labores en aspectos como educación, salud e igualdad entre las poblaciones más vulnerables.
Así mismo, según datos de la ONU, a corte de agosto de 2021 han sido 1,8 millones los venezolanos y venezolanas acogidos en territorio colombiano, cifra que, hoy en día se sigue elevando paulatinamente, por esta razón han aparecido medidas como el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), medida que busca regular a aquellas personas que han llegado a Colombia para que tengan la posibilidad de acceder a servicios como salud y educación garantizando así, sus derechos fundamentales.
La justicia social, es una prioridad en términos de calidad de vida, educación, y seguimiento en sistemas de importancia como salud, trabajo, alimentación, entre otros. Por esta razón, Bethany Christian Services, buscando contribuir en la defensa y protección de los derechos humanos de la comunidad migrante, refugiada y retornada, ha realizado a lo largo de tres años trabajo con estas comunidades en las ciudades de Bogotá y Cúcuta, e inicia sus labores en la ruta caminante de Arauca a Yopal en asocio con ACNUR, buscando ofrecer servicios de acompañamiento psicosocial de calidad y con dignificación de las personas, en particular, orientados a la protección de la niñez y sus derechos, sin distinción alguna.
Abolir cualquier pensamiento, actitud o acción que gire en torno a la discriminación, exclusión, xenofobia o la desigualdad de derechos debe ser abolido, por lo que para el equipo de Bethany el trato digno, el respeto y la valoración de las personas a las que sirve, es y seguirá siendo una premisa de su trabajo. La vida digna para todo ser humano, independiente de su origen, pensamiento político, religión, debe ser una premisa y un compromiso de todo actor humanitario y el desarrollo, y es parte de lo que caracteriza la labor de la organización con las personas y comunidades en situación de vulnerabilidad.
En búsqueda de la erradicación de la injusticia social, Bethany ha puesto en marcha actividades y talleres de sensibilización con población migrante, refugiada, retornada y comunidades de acogida, desarrollados a través del aprendizaje participativo e interactivo, en espacios de acogida para niños, niñas y adolescentes, en los que se busca el fortalecimiento del aprendizaje con grupos de apoyo, el fortalecimiento de la solidaridad, la sensibilización sobre el impacto de la xenofobia y la discriminación en la vida de las personas que sufren, la prevención del trabajo infantil y cualquier forma de explotación laboral o sexual, la prevención de la violencia intrafamiliar, y hacia la niñez y el trabajo y fortalecimiento de las habilidades para la vida que contribuyan a que estos menores de edad y adultos migrantes puedan avanzar y desarrollar capacidades de resiliencia y adaptación a su nueva realidad y empoderarse buscando salidas positivas.
Sobre esto Luz Granada, directora de programas de Bethany Colombia afirma “nuestro trabajo se hace con población mixta es decir, se realizan talleres con población migrante y de acogida, puesto que, no es posible hablar de erradicación de la discriminación y la xenofobia, si desde la perspectiva de acción sin daño, no se incluyen a ambas poblaciones. En los talleres y procesos que desarrollamos, están siempre presentes el dialogo de saberes, la empatía, la solidaridad y el trabajo colectivo, permitiendo que se afiancen lazos sociales positivos entre ambas poblaciones en los territorios en donde Bethany hace presencia y que, en efecto, permiten que el respeto y la solidaridad rompa fronteras”.
Con el tiempo, Bethany reconoce que ante la magnitud de la situación, no es posible trabajar solos, por eso, ha logrado la construcción de importantes alianzas público/privadas que han contribuido a fortalecer la acción y lograr resultados en la prevención y mitigación de la xenofobia, la protección a la niñez, el fortalecimiento de la familia y habilidades parentales, el desarrollo del proyecto ETPV, la gestión de casos y la activación de rutas de protección, contribuyendo de esta manera a la reducción de las brechas sociales que se han visto aún más marcadas con la pandemia y la inflación económica que vive el país.
Bethany busca asegurar que cada beneficiario que la organización atiende pueda tener un acompañamiento asistido desde el inicio del proceso hasta su fase de solicitud de cita biométrica, explicando de manera clara y eficaz los pasos en cada etapa generando un ambiente de confianza y respeto en la atención y en a manera como los beneficiarios brindan sus datos y mantiene una comunicación constante y directa con el profesional de la organización.
Finalmente, Bethany reconoce como un acto solidario del país con la población migrante, refugiada y retornada, el desarrollo de iniciativas como el PPV y otros, por lo que es importante seguir fortaleciendo su difusión y uso por parte de esta población y el seguimiento de la efectividad de estas medidas para mejorar su situación.
Según datos de migración Colombia son alrededor de 1’794.000 personas procedentes del vecino país los que esperan modificar su situación de permanencia en el país, y se encuentran a la espera del PPT (Permiso de Permanencia Temporal).