Canela, una soldado de cuatro patas entrenada para ubicar explosivos y facilitar la erradicación de cultivos ilícitos

Desde hace tres años, Canela, una labrador chocolate de cuatro años edad, junto al soldado profesional Sergio Llorente conforman uno de los binomios antiexplosivos que enfrentan el flagelo del narcotráfico en el Guaviare.

Ambos se complementan, se cuidan y están entrenados para para hallar artefactos explosivos en los lugares dispuestos para la erradicación cultivos de uso ilícito, de tal manera que se le facilite a sus compañeros llevar a cabo la labor.

Con la meta de erradicación de siete mil hectáreas para este 2021, la jurisdicción de la Cuarta División del Ejército, con el apoyo de binomios caninos conformados por soldados y policías, a la fecha han contribuido con la erradicación de más de tres mil hectáreas de cultivos ilícitos, en su mayoría al servicio del Grupo Armado Organizado Residual Estructura Primera, al mando del cabecilla alias ‘Iván Mordisco’, logrando una afectación de más de $14 mil millones sobre las finanzas de esa estructura ilegal.

Asimismo, hasta el momento se han hallado y destruido controladamente 570 kilogramos de explosivos de fabricación casera, al igual que 121 minas antipersona instaladas por los grupos armados que delinquen en municipios como Miraflores o Calamar y en la capital del departamento del Guaviare.

El soldado Sergio Llorente, orgulloso guía canino, manifiesta que Canela es una ejemplar canina “juiciosa y enérgica para trabajar”.

“Cuando estamos trabajando juntos, Canela es alegre, porque ella sabe que vamos es a jugar, a pesar de que se enfrenta a situaciones que, gracias a Dios, nos ha ido bien, no ha pasado malo”, asegura.

“Cuando hacemos movimientos largos, como grupo EXDE –Explosivos y Demoliciones– y yo como guía canino, llegamos a cierto punto y dejo descansar a mi cachorra por media hora o 40 minutos aproximadamente. Luego, mi Comandante de equipo EXDE me indica dónde trabaja la perra, y yo le ordeno el trabajo a mi cachorra. Verifico que tenga óptimas condiciones para trabajar, la reviso, que no vaya a estar, de pronto, malograda ni presionada”, sostiene el soldado Llorente.

Mientras juega con Canela, el soldado Llorente dice que con ella se ha mantenido “una muy bonita comunicación, porque es una conexión entre un cachorro y un soldado, o sea, un animal y un ser humano”.

El éxito operacional de esta capacidad militar, no solo se debe a un arduo trabajo de entrenamiento, o la experiencia obtenida en la primera línea de combate, sino también a la conexión entre el binomio canino, para complementarse y trabajar en sincronía.

En general para la Amazonía colombiana, priorizada por el Gobierno Nacional como una de las siete regiones para que la Fuerza Pública lleve a cabo tareas de erradicación de cultivos ilícitos, se dispuso la intervención de cerca de 600 hombres acompañados de 30 caninos entrenados que reciben los mejores cuidados, entre ellos Canela.

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