Aunque Colombia es un país rico en agua, con un consumo nacional, que asciende a más de 35 mil millones de metros cúbicos al año, según el IDEAM, el sector industrial es el segundo gran consumidor de este recurso natural con casi el 25% del total, mientras que los procesos agrícolas usan el 48.3% y el 17.9% se destina al consumo humano.*
En este contexto, pese a que el sector farmacéutico no es el mayor consumidor de agua en el país, sí es uno de los que hoy por hoy demuestra mayor interés en el ahorro y uso sustentable de este líquido vital, buscando no solo contribuir con la conservación de los recursos naturales de sus entornos, sino también reduciendo los costos asociados al consumo hídrico.
Un ejemplo relevante de esta iniciativa es el trabajo que el Laboratorio Vitalis adelanta en sus instalaciones de Sopó, mediante su Planta de Tratamiento de Aguas Lluvias, que solo en 2023 logró captar 3 millones de litros de agua recogida de precipitaciones, un equivalente a 1.2 piscinas olímpicas, recurso que hoy está siendo utilizado en las descargas de baterías sanitarias, y en su siguiente fase, alimentarán las redes contra incendios de todo el complejo.
Según Karina Pérez, Gerente de Medio Ambiente, Salud y Seguridad de esta farmacéutica colombiana, que fabrica 1 de cada 4 medicamentos inyectables del país, y que al año comercializa más de 170 millones de unidades, “esta iniciativa de la compañía se articula con una Planta de tratamiento de aguas residuales, que desde su apertura en el año 2022 ha tratado más de 51 millones de litros, entre agua residual industrial y agua residual doméstica”.
“Los principales beneficios de contar con estas dos plantas, dotadas con una tecnología de punta, que utiliza ozono y luz ultravioleta para degradar las trazas de compuestos químicos generados durante la producción, son: hacer uso eficiente del líquido, aprovechándolo al máximo para disminuir el estrés hídrico de la zona, y por otro lado, garantizar vertimientos responsables en calidad y cantidad al medio ambiente”.
Sin embargo, implementar estos sistemas de recolección y tratamiento de aguas lluvias conlleva grandes inversiones, como la de Vitalis que ascendió a más de 800 millones de pesos, además de enfrentar retos técnicos relacionados con el almacenamiento y el tratamiento adecuado de las aguas recolectadas.
Al igual que la industria farma, diferentes sectores hoy se unen a esta tendencia de sostenibilidad ambiental usando otras tecnologías como las que hoy se utilizan para detectar fugas y desperdicios antes de ir a las instancias de depuración, bajo el concepto Zero Liquid Discharge (ZLD)** , un ciclo completo de circuito cerrado donde se elimina el desperdicios y se cumplen las normas ambientales.
Este es usado en industrias muy demandantes de agua como la papelera, el sector químico y la minería y consiste en la re introducción del agua residual en los procesos que no requieren alta pureza, como por ejemplo en el uso de calderas que solo necesitan convertirla en vapor.
*http://www.ideam.gov.co/web/siac/demandaagua
**https://www.lavanguardia.com/television/20240321/9576463/andrea-bueno-concursante-mas-temperamental-isla-tentaciones-resta-importancia-arrebatos-me-parto-pmv.html