La creciente polarización que atraviesa a Colombia, expresada en redes sociales, medios de comunicación y conversaciones cotidianas con lenguajes agresivos y posiciones extremas, no solo impacta el debate público, sino también la formación emocional y ciudadana de niños y jóvenes.
En este contexto, tanto las familias como los colegios tienen un papel fundamental: ofrecer a los estudiantes herramientas para comprender las coyunturas sin miedo, desarrollar pensamiento crítico y cultivar la tolerancia y el respeto por la diferencia.
“Educadores y psicólogos coinciden en que el clima social actual puede generar en los estudiantes ansiedad, confusión o actitudes de rechazo hacia quienes piensan distinto.
Por eso, el acompañamiento desde casa y desde las instituciones educativas debe ir más allá de la contención emocional: también debe enseñar a disentir sin agredir, a filtrar la información, y a construir una visión plural del país.
Aprender a dialogar, a escuchar y a cuestionar con respeto es tan importante como cualquier competencia académica,” señala Luis Eduardo Rivas, Rector del Colegio Bilingüe Richmond.



