La Misión de Observación Electoral – MOE presentó los resultados del informe Democracia Escolar 2025, un ejercicio que documenta los procesos de elección de representantes estudiantiles en 116 instituciones educativas de 44 municipios en 20 departamentos.
La iniciativa resalta el papel de la escuela como escenario clave para la formación en cultura democrática, en un año en el que el país se prepara para elegir Consejos Municipales y Locales de Juventud.
Más de 5.800 personas participaron activamente como votantes, candidaturas, jurados, testigos, docentes y equipos de observación electoral. En total, 705 estudiantes asumieron el rol de observadores y observadoras escolares, tras recibir formación especializada y firmar un código de ética.
De ellos, el 57 % se identificó como mujer, lo que resalta el liderazgo juvenil femenino en estos espacios.
Las elecciones evidenciaron una creciente digitalización: el 64 % de las instituciones optó por el voto electrónico y el 36 % por el voto físico. En ambos casos, se garantizó mayoritariamente el secreto del voto (83 %) y la manipulación exclusiva por parte de jurados (88 %), fortaleciendo la confianza en el proceso.
El informe también identificó oportunidades de mejora.
En algunos casos fue necesario recontar votos (37 % en mesas físicas) o verificar el software (19 % en mesas electrónicas). Asimismo, se evidenciaron retos logísticos, como la ausencia de sobres o certificados, que pueden afectar la experiencia electoral.
Estos hallazgos permiten fortalecer futuras jornadas a través de medidas pedagógicas e institucionales.
Uno de los principales aprendizajes del proceso fue la necesidad de que las instituciones cuenten con protocolos escolares para abordar situaciones como la entrega de incentivos, restricciones a campañas o inconsistencias en los listados de votantes.
Según Patricia Fernández Correa, coordinadora de Calidad de Elecciones de la MOE, estos hechos muestran que “las elecciones escolares no son solo una actividad simbólica, sino el primer contacto de niñas, niños y adolescentes con la representación y el ejercicio del poder”.
El informe también recoge factores de contexto que afectan la participación estudiantil, especialmente en zonas rurales o intermedias. Elementos como el calendario académico, las cargas familiares o la situación de orden público, sumados al poco tiempo disponible o al escaso acompañamiento docente, limitan la realización de actividades democráticas.
Pese a estos desafíos, la experiencia dejó aprendizajes valiosos. Las y los estudiantes se apropiaron de sus roles, promovieron el voto informado y reflexionaron sobre temas como convivencia, legalidad y liderazgo.
El acompañamiento de la MOE no solo contribuyó al orden del proceso, sino que fortaleció el diálogo sobre ciudadanía y democracia. Este ejercicio se convierte en un paso fundamental para que la juventud colombiana transite de la escuela a escenarios de participación ciudadana con formación, acompañamiento y garantías.
A todas las instituciones, organizaciones y a la ciudadanía infantil y juvenil que pusieron sus ojos, oídos y capacidades al servicio de la democracia: GRACIAS.