Durante esta celebración conocida como el rito del Consistorio; luego de la Liturgia de la Palabra, la proclamación del Evangelio, y la homilía por el Santo Padre, ocurrida el 30 de Septiembre, se pronunció una solemne fórmula para la creación de cada uno de los cardenales.
Estas palabras del papa Francisco resumen: “Llamamos a algunos de nuestros hermanos para entrar al Colegio Cardenalicio, para que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se conviertan en miembros del clero de Roma, y cooperen más intensamente a nuestro servicio apostólico. Así mismo, serán ahora testigos valientes de Cristo y su Evangelio en la Ciudad de Roma y en regiones lejanas. Exclamó el Sumo Pontífice durante la ceremonia.
Y, Seguidamente pronunció el nombre de todos los nuevos cardenales. La segunda parte del consistorio fue la profesión de fe y el juramento de fidelidad al Santo Padre y a sus sucesores. Luego, todos oraron el “Credo”.
Nuevos colaboradores del Pontífice en el servicio a la Iglesia Universal
Seguidamente, fueron entregados los signos del cardenalato. Monseñor Luis José Rueda Aparicio, con la serenidad, nobleza, alegría y humildad que lo caracteriza, recibió a sus 61 años de edad, vestido con sotana de rojo escarlata, por parte del Sumo Pontífice:
El birrete cardenalicio o sombrero rojo, significando su disposición para actuar con valentía, incluso hasta el derramamiento de su sangre, por el incremento de la fe cristiana, por la paz y la tranquilidad del pueblo de Dios y para la libertad y el crecimiento de la Santa Iglesia Romana.
Luego arrodillados, el Santo Padre les colocó el anillo cardenalicio en el dedo anular de la mano derecha. Al entregarles este anillo les dijo:
“Recibe el anillo de la mano de Pedro y sabe que tu amor por la Iglesia se ve reforzada por el amor del príncipe de los Apóstoles.”