En Medellín, una nueva visión de la fisioterapia está revolucionando la formaben que las personas mayores enfrentan el paso del tiempo. Más allá debresignarse al dolor, a la pérdida de fuerza y a la dependencia, cada vez más adultos están descubriendo que moverse bien puede marcar la diferencia entre una vejez limitada y una vida activa, libre y sin dolor.
Aunque por años hemos escuchado que los dolores en la espalda, las rodillas o el cuello son “parte natural de envejecer”, la ciencia dice otra cosa. De hecho, el 70% de los adultos mayores en Latinoamérica vive con dolor crónico, según cifras de la OMS. En Colombia, apenas el 12% de las personas mayores de 60 años accede a fisioterapia activa preventiva, lo que evidencia una profunda desconexión entre el sistema de salud y las verdaderas necesidades del envejecimiento.
Desde Esencial Fisioterapia, un centro especializado en Medellín, la fisioterapeuta Vanny Pulgarín lidera una iniciativa que busca educar, prevenir y transformar el dolor en movimiento. Con más de 12 años de experiencia, Pulgarín afirma que el dolor no debe ser una sentencia para quienes llegan a la adultez, sino una señal de alerta que puede y debe atenderse con herramientas reales. La fisioterapia, explica, no es solo una forma de rehabilitación tras una lesión: es una ciencia al servicio del bienestar físico y emocional en todas las etapas de la vida.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia. Se pierde masa muscular, fuerza, coordinación y equilibrio. La sarcopenia, una condición que afecta a 2 de cada 10 adultos mayores de 60 a 80 años (y al 50% de los mayores de 80), reduce la funcionalidad y genera dependencia. Sin embargo, con movimiento consciente y fisioterapia personalizada, es posible contrarrestar estos efectos, prevenir caídas, recuperar la independencia y volver a sentirse vivo dentro del propio cuerpo.
Uno de los grandes enemigos silenciosos es el sedentarismo. El 85% de los trabajadores pasa más de seis horas diarias sentados, y muchas personas mayores caen en una rutina frente al sofá, lo que debilita progresivamente el sistema musculoesquelético. Este deterioro no solo se traduce en dolor físico, sino también en un impacto psicológico: aislamiento, pérdida de confianza y una desconexión con la vida social. Moverse bien no solo mejora la salud física, también reduce la ansiedad hasta en un 40%, según estudios de la Harvard Medical School.
“Moverse mal duele. Pero moverse bien sana. Nuestro cuerpo está hecho para moverse, y al hacerlo de forma consciente, no solo aliviamos el dolor, sino que recuperamos nuestra energía vital”, afirma Pulgarín. La propuesta de Esencial Fisioterapia es clara: enseñarle a las personas a reaprender a moverse, activar sus músculos correctamente, corregir hábitos dañinos y reconectarse con su salud. Es, en palabras de su fundadora, una forma real y accesible de biohacking: aprovechar el poder del cuerpo para generar bienestar sin necesidad de fármacos ni dispositivos costosos.
El dolor no puede seguir siendo un limitante social. Envejecer no es sinónimo de deterioro ni de resignación. La fisioterapia activa y personalizada es una respuesta concreta para quienes quieren vivir más, pero sobre todo vivir mejor. Desde técnicas de activación escapular y glútea, hasta algo tan cotidiano como aprender a levantarse de la cama sin lastimarse, el movimiento bien guiado puede cambiar la forma en que envejecemos.
Esencial Fisioterapia invita a los adultos desde los 40 años a ver el movimiento como una inversión en calidad de vida. A través de programas individuales, tecnología, evidencia científica y un acompañamiento empático, el centro ha transformado la experiencia de envejecer para cientos de personas en Medellín.
“No se trata solo de eliminar el dolor. Se trata de recuperar la autonomía, volver a caminar sin miedo, levantar a un nieto, salir a compartir sin limitaciones. En definitiva, se trata de volver a vivir en un cuerpo que responde, que acompaña, que no duele”, concluye Pulgarín.