El cierre del año escolar genera en algunos estudiantes y padres de familia sentimientos de preocupación, agobio y hasta frustración, motivados por el rendimiento académico reportado en instituciones educativas, llevando incluso a que algunos cierren posibilidades a sus hijos de continuar sus estudios y seguir construyendo sus proyectos de vida.
Sin embargo, esta situación no debe convertirse en una crisis, al contrario, es una oportunidad que permite el fortalecimiento de las relaciones familiares y la identificación de escenarios adversos que el estudiante puede estar enfrentando, para apoyarle en su atención.
Es por esa razón que la Secretaría de Educación del Distrito, con el apoyo de la Fundación Plan, invitan a las familias y a los mismos estudiantes para que asuman este tipo de situaciones con empatía e inteligencia emocional, bajo el entendido que el rendimiento escolar es responsabilidad no solo del estudiante sino del acompañamiento familiar a su proceso de aprendizaje.
Ese, precisamente, es el objetivo principal de la campaña ‘Superemos juntos el año’, con la que se busca promover acciones positivas y motivar tanto a los estudiantes como a las familias y docentes, para que enfrenten los resultados con resiliencia y con un enfoque proactivo en busca de soluciones en familia y que sea una oportunidad para mejorar, con la convicción de que el próximo año escolar será el mejor y el esfuerzo diario, al final, será recompensado.
“Esta es una campaña que lanzamos para que, a las niñas y a los niños, que tal vez hoy en día no están teniendo resultados tan satisfactorios en los colegios, no los desestimulemos, no los victimicemos, por el contrario, acompañémoslos. Es el momento de que nos unamos como sociedad para comprender que hay niñas y niños que tienen procesos pedagógicos distintos, en momentos diferentes y ese es nuestro reto como Secretaría de Educación. Por eso, invitamos a las familias para que los acompañen para que en el 2025 tengan los mejores resultados y que puedan desarrollar su proyecto de vida”, aseguró Diego Escallón, subsecretario de Integración Interinstitucional.
Canales de atención para apoyo y orientación
Bogotá cuenta con 1.723 docentes orientadores y orientadoras distribuidos en todas las instituciones educativas distritales, dispuestos para brindar apoyo socioemocional y atender adecuadamente las contingencias que se presenten. Así mismo, dispone de equipos especializados que operan a través de unidades móviles territoriales, con más de 100 profesionales que brindan acompañamiento directo a las instituciones educativas y a las y los estudiantes en sus casas en casos específicos.
El estudiante, un adulto de su confianza o el primer respondiente, puede acudir al docente orientador en su colegio, escribir a los correos convivenciaescolar@educacionbogota.gov.co o sistemadealertas@educacionbogota.gov.co o acudir al equipo profesional de la Oficina de Convivencia Escolar de acuerdo a su localidad: Estudiantes, padres y madres de familia y en general ciudadanía también pueden acceder a diversos canales de atención para recibir apoyo y orientación ante comportamientos que puedan desencadenar situaciones que pongan en riesgo la integridad física.
Para niñas, niños y jóvenes está habilitada la línea 106 a través de la que cuentan con intervención psicosocial y soporte en crisis no presencial, atendido por un equipo de profesionales en psicología de la Secretaría Distrital de Salud. También pueden comunicarse por el WhatsApp 3007548933, escribir al correo linea106@saludcapital.gov.co o a través de Facebook: @linea106. Así mismo están disponibles la Línea 123 para emergencias del Distrito, la línea 141 del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar o la línea 122 de la Fiscalía General de la Nación.
No al castigo físico, sí al diálogo
Según la investigación Castigo físico en Colombia: la voz de los niños, las niñas y adolescentes, realizada por la Alianza por la Niñez Colombiana y la Universidad de La Sabana en 2019, 209 de los 928 participantes (22,5%) identificaron “por irle mal en el colegio” una razón para ser castigados físicamente.
El mismo estudio aportó alternativas al castigo físico que ellos proponen como: dialogar y aconsejar para reflexionar (543 participantes), quitar o prohibir lo que les guste (169) y sin gritos o maltrato (64), entre otras opciones.
En el Estudio de salud mental en Bogotá, D.C. (2023), llama también la atención que dentro de los signos y síntomas más frecuentes en las niñas y los niños aparecen: problemas para fijar o mantener la atención y concentrarse (34,38%); haber tenido problemas para aprender matemáticas (28,57%); haber tenido problemas para aprender a leer o escribir (23,74%) y parecer retardado/a o lento/a para aprender (13,17%).
Por otro lado, estudios internacionales, como el realizado por la Organización Panamericana de la Salud (2017) muestran que, entre los efectos en el ámbito individual de los castigos corporales y de los tratos humillantes y degradantes en contra de la niñez, se cuentan los trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión, y mayor tendencia a desarrollar conductas suicidas.