Este lunes 20 de diciembre, más de 800 personas de la comunidad Embera Chamí volvieron a la verada Bakú, de Pueblo Rico, Risaralda, en lo que el segundo plan de retorno que se lleva a cabo en menos de un mes.
Esta acción se logró gracias al trabajo coordinado entre la Alcaldía de Bogotá, a través de la Alta Consejería de Paz, y la Unidad para las Víctimas.
De hecho, durante las últimas semanas y gracias a la experiencia del pasado 1 de diciembre (primer retorno), se intensificaron los diálogos entre la institucionalidad y los líderes de la comunidad Embera Chamí y Katío para concretar la vuelta a los territorios ancestrales.
El Distrito se encargó del traslado de los enseres (60 toneladas) y de conseguir los buses para el viaje de los indígenas. Además, garantizó las condiciones de bioseguridad y, junto a la Unidad para las Víctimas, brindó la alimentación para el traslado. Igualmente, y gracias a la Secretaría Distrital de Salud, se realizó una valoración médica previa para la atención con enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes que se encontraban escolarizados “Bogotá seguirá acompañando y facilitando este proceso de retorno a los territorios que es otro paso para consolidar la paz en esos lugares.
Así las cosas, ya son más de 1.200 indígenas los que han regresado a sus hogares gracias al trabajo articulado entre las entidades del Distrito y la nación”, dijo Vladimir Rodríguez, Alto
Consejero de Paz, Víctimas y Reconciliación de Bogotá.