Colombia vendió más de 2.000 viviendas por millón de habitantes en el primer semestre del año

En marzo del 2020, el COVID- 19 llegó al mundo para ponerlo a prueba y Colombia, a pesar del entorno atípico, logró sobrellevar el impacto económico de una posterior pandemia con la vivienda como protagonista, al sumar cerca de 180.000 unidades nuevas vendidas ese año. Ahora, en lo corrido del 2021, ya son más de 130 mil unidades vendidas, cada mes de este año hemos superado el récord histórico establecido. Esta dinámica nos ubica, incluso, por encima de los países de la región. En efecto, en el primer semestre se han comercializado 2.311 unidades por millón de habitantes.

Estos cálculos del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, con base en información de Camacol y Galería Inmobiliaria destacan la dinámica en la región: por ejemplo, en Chile se vendieron 2.131 unidades; en Argentina, 680, y en Brasil, 604. Llama la atención, incluso, que Colombia supera a Estados Unidos y España, que reportaron 1.301 y 1.185 unidades comercializadas por millón de habitantes en el periodo analizado.

Esto significa que el país ha estado a la altura del desafío, y, en línea con esto, otras economías emergentes de América Latina y el Caribe también han sobrellevado la pandemia, a través de políticas que también incluyen acciones en materia de agua potable y saneamiento básico.

Si bien la dinámica de Colombia es excepcional, la reactivación de económica impulsada por la vivienda ha tenido buenos resultados en el continente. De hecho, fue un hecho destacado en el marco del gran panel que se realizó desde Bogotá para lanzar la publicación realizada por el Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI), Políticas de vivienda y desarrollo urbano en América Latina y el Caribe en el marco del COVID- 19, libro que reseña las experiencias y lecciones de Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, México, Honduras y Uruguay.

Allí, el ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio de Colombia, y presidente de MINURVI, Jonathan Malagón, destacó que el documento es un sueño que se hace realidad y constituye uno de los hitos más relevantes de la organización en las tres décadas de su existencia. “Este libro es resultado de la construcción conjunta con los países miembros del foro y además es la primera publicación en su tipo, es una herramienta útil para comprender la respuesta del sector en el marco de la emergencia”, enfatizó.

El Ministro destacó que la pandemia “no solo nos dio la oportunidad de reflexionar, sino que permitió evaluar los desafíos como región. En esa tarea, ha sido clave construir sobre lo construido, consolidar un trabajo y un respaldo político, y aunque el proceso aún es complejo, hay temas en Colombia como la digitalización y la dinámica de ventas y subsidios, entre otros, que son referentes”, enfatizó.

Al panel se sumó Sergio Amaya, presidente de la Comisión Nacional de Vivienda y Asentamientos Humanos de Honduras (Convivienda), quien señaló que “se está generando un fortalecimiento importante para articular programas y gestionar recursos. Creo que una institucionalidad fuerte se convierte una gran herramienta de gestión del riesgo”, anotó.

Por su parte, Luis Triveño, especialista superior en desarrollo urbano del Banco Mundial, recalcó que “cualquier proceso de recuperación por diversas emergencias, y, en este caso, por la pandemia, debe comenzar y terminar con la vivienda”, afirmación a la que se sumó Soledad Núñez, exministra, secretaria ejecutiva de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat de Paraguay: “Un punto que quiero destacar, muy positivo ante la emergencia, fue la protección del empleo, donde el sector edificador fue el primero en responder”.

En el panel también estuvo Felipe Ward, ministro de Vivienda y Urbanismo de Chile, quien recordó que en un momento de la emergencia surgió la pregunta: “¿Las ciudades están preparadas para una eventualidad como la pandemia? Ante esto, la iniciativa Ciudades 2050 de Chile se fortaleció y por eso seguimos con el objetivo de generar más medidas y reducir el déficit, porque la vivienda digna es un derecho”.

Igualmente, Martim Smolka, director del programa para Latinoamérica y el Caribe y codirector del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Lincoln de Políticas de Suelo, señaló que “el registro de experiencias es importante para la historia, sobre todo, para sumar aprender como región y no repetir errores”.

Este espacio también contó con la participación de Irene Moreina, ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial de Uruguay, quien explicó que “aún hay un trabajo arduo para mitigar la pandemia, sobre todo entre los más vulnerables, generando soportes urbanos y siendo creativos, además, con tecnología y sostenibilidad”, mientras que Irene Campos, ministra de Vivienda de Costa Rica y vicepresidenta de MINURVI, reconoció cómo la pandemia ha impactado los principales indicadores de su país.

“A pesar de esto, hemos impulsado acciones en temas de vivienda y asentamientos informales, especialmente entre las familias vulnerables”, dijo Campos antes de darle paso a Elkin Velázquez, director de ONU-HÁBITAT para Latinoamérica y el Caribe, quien coincidió en que Políticas de vivienda y desarrollo urbano en América Latina y el Caribe en el marco del COVID- 19 es una publicación histórica, que permite reconocer una manifestación de la integración regional, a través de MINURVI.

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